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  |   IES Valle del Saja

Philae is on the comet. Estas son las primeras palabras (quedan ya para la historia) que la presentadora del acto pronunciaba en el improvisado plató de televisión de la ESA. En la sala contigua una ovación cerrada, entre gritos y abrazos, llenaba toda la estancia. Y es que esta misión está llena de ecos. Para los que tenemos cierta edad, no podemos evitar la comparación con el escueto, y casi escalofriante, the Eagle has landed pronunciado por el icónico Neil Armstrong en Julio de 1969 cuando el módulo lunar del Apolo 11 aterrizaba en la Luna. Las imágenes de la sala de control de la ESA y la de Houston son muy diferentes, no en vano las separan casi medio siglo. Sin embargo, el espíritu de lo que allí está sucediendo parece atemporal. Los nervios contenidos, las miradas cómplices, los ojos penetrantes de los jefes de equipo tratando de controlarlo todo por enésima vez. Y, por último, la explosión de alegría, la satisfacción incontenible de los que saben que cierran una década de trabajo, de entrega a un proyecto, de una aportación que, sin duda, acaba de dar un nuevo empujón a la historia y al conocimiento. Algo que hoy no les dejará dormir pero que seguro que aparecerá en sus sueños dentro de muchos años.

 

Y es que el de hoy sí es un suceso histórico, al menos, en el plano científico. En una entrada anterior ya comentábamos que las dos líneas principales de interés de este proyecto son, por un lado mejorar la comprensión de la formación del sistema solar y por otro, saber si los cometas han podido ser los repartidores de vida en los planetas. Todo el estudio científico que se derive de aquí puede tener una importancia incalculable pero a día de hoy es, sobre todo, un triunfo de la tecnología aerospacial. Una exhibición de poder del ser humano, de su capacidad de adaptación y de colonización no mostrada hasta la fecha por ninguna otra especie. Quizá la única que pueda acabar viviendo en algún lugar distinto de dónde fue engendrada. En algún lugar que, a día de hoy, aún no conocemos pero al que solo podremos llegar dando pasos como el que hoy hemos dado. Carl Sagan decía en su punto azul pálido que tenemos la obligación de compartir y conservar amablemente este planeta hasta que el hombre sea capaz de salvarse a sí mismo en otro destino. Proyectos como el de Rosetta son proyectos interdisciplinares, internacionales y cooperativos en estado puro. Estoy seguro de que son espacios donde el racismo, el sexismo o la homofobia descalificarían a cualquier persona que lo ejerciera. Necesitamos más mentes que religiones y más equipos que salvadores de la economía. Espero que en ese aspecto también Rosetta pueda ser un proyecto inspirador.

 

Las imágenes que nos vayan entregando seguro que nos cautivarán a cuál más pero de momento las que ya se han tomado a unos 10 km del cometa son únicas. Ponen cara a un mundo recreado en multitud de ocasiones en el cine, la literatura o la mente de los científicos. Pero éstas son las imágenes mejores que hemos tenido nunca de un cometa.

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Cometa desde Rosetta a 10 km de la superficie. Archivo de la agencia espacial europea ESA

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Cometa desde Rosetta a 10 km de la superficie. Archivo de la agencia espacial europea ESA

Y esta otra:

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Cometa desde Rosetta a 10 km de la superficie. Archivo de la agencia espacial europea ESA

 

Un mundo que congela la sangre en las venas con solo contemplarlo y que al fin estamos a punto de mirar cara a cara. Pero de todas esas imágenes hay una especialmente emotiva. Esta:

 

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Módulo de descenso Philae abandonando la sonda Rosetta. Archivo de la Agencia espacial europea ESA

 

Nos recuerda a las imágenes nostálgicas del viajero que despide a su familia en el andén. De hecho, a esta cámara de la Rosetta la denominaron la cámara de la despedida. El módulo de descenso Philae se aleja de la sonda Rosetta rumbo al cometa. Última mirada para quien sabes que nunca más va a regresar. Casi poético, ¿no?

 

Puede que en los próximos días recuperemos noticias procedentes del cometa P67 pero sobre todo (alumnos) os invito a buscarlas y que vosotros mismos sigáis la historia que resta de este proyecto. Sin duda, lo mejor está por llegar pero no podemos dejar pasar este día sin un fuerte aplauso a todos los que han conseguido alcanzar esta nueva meta. Estos hitos nos recuerdan a la enorme película 2001: Una odisea del espacio (que os recomiendo) basada en la novela del no menos enorme Arthur C. Clarke. Y es que nos recuerda a los monos excitados frente al monolito accediendo a un nuevo estado de conocimiento. Pienso sinceramente que logros como el de hoy son nuestro particular monolito que nos coloca ante una nueva dimensión que aún no sabemos qué puertas nos abrirá.

 

Vosotros, alumnos, lo comprenderéis mejor si lo comparáis con un pasatiempo que también compartimos, los juegos de consola. Sabéis perfectamente la sensación que produce acabar un nivel de un juego y ver en la pantalla el conocido próximo nivel o next stage. Conocéis mejor que yo la incertidumbre y emoción que os invade cuando sabéis que habéis evolucionado hacia otro nivel del que hasta entonces se desconoce todo. Estoy seguro de que, como en la mejor historia de videojuegos, la próxima etapa a la que accedemos hoy superará con creces los retos de la anterior y en cierto modo deberá significar el nacimiento a una nueva era.