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Premio Nobel de Física 2017…Lo esperado

Ya conocemos de modo oficial lo que, desde hace meses, parecía un secreto a voces: La concesión del Premio Nobel de Física a los responsables de la detección de las ondas gravitacionales, los americanos Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Thorne.

 

 

Y subrayamos la palabra DETECCIÓN, como recoge el acta de la Academia Sueca. En algunos medios se les está otorgando el honor de ser los padres de esta idea pero es necesario recordar que fue Albert Einstein el primero en proponer la existencia de estas olas del espacio-tiempo que, por otra parte, son una consecuencia lógica de su teoría general de la relatividad. Lo llamativo de esta cuestión es que el propio Einstein sentenció que éstas nunca podrían ser observadas  por las exigencias tecnológicas que ello supondría. Afortunadamente, la interferometría LASER y el talento excepcional de los tres premiados se han encargado de hacerlo posible.

 

En los enlaces que ofrecemos a continuación encontraréis información más detallada sobre el proyecto LIGO o las trayectorias profesionales de los galardonados, pero desde aquí queremos recordar el excelente vídeo sobre las ondas gravitacionales que realizaron el pasado año nuestras alumnas María Gallardo e Irene Blanco y que resultó premiado en el certamen CienciaClip. Aquí podéis volver  a verlo:

http://www.fqsaja.com/?portfolio_page=ondas-gravitacionales

Volviendo a los protagonistas recordamos que Weiss recibe una mitad del premio, por ser el precursor de los interferómetros LASER, mientras que sus dos colegas se reparten un 25% cada uno. A pesar de ello, Thorne es el más conocido para el común de los ciudadanos por haber sido el guionista científico de la interesantísima Interstellar,  así como uno de sus productores. Thorne es un verdadero talento de la física teórica y un experto en gravitación. Fue alumno de John Wheeler (creador de los términos agujero negro y agujero de gusano) y amigo personal de Carl Sagan. En los años 80 del pasado siglo acepto el reto de Sagan de crear el marco teórico para la existencia de agujeros de gusano transitables para dar soporte a lo que sería su famosa novela Contact. Lo hizo en un más que riguroso artículo que acabaría convirtiéndose en una referencia de los especuladores de los viajes en el tiempo. Además imponía la nada intrascendente condición de que la garganta del agujero debería estar constituida por materia de masa o energía negativa. Aquello, que entonces superaba a la más atrevida ciencia ficción, encontró en la materia exótica un buen candidato para cumplir tal exigencia. 30 años después seguimos sin saber mucho más de estas supuestas partículas o de los agujeros de gusano pero está claro que la mente de Thorne es una de las más poderosas y clarividentes que ha dado la ciencia moderna.

 

Y  para que veáis el buen humor de Thorne recordamos que hace unos años gano una suscripción de 12 meses a la revista Penthouse en una apuesta con Stephen Hawking sobre la detección de un agujero negro en una fuente de rayos X. Por cierto, no es la única apuesta perdida por el genio de Cambridge. Tal vez contemos alguna más en otra ocasión.

 

Carmen Medina, Sara Rodríguez y Paula González nos acercaban las noticias:

http://www.lavanguardia.com/ciencia/20171003/431637004316/premio-nobel-fisica.html

http://www.elperiodico.com/es/sociedad/20171003/nobel-fisica-ondas-gravitacionales-6328469

https://elpais.com/elpais/2017/10/03/ciencia/1507021622_774523.html