Invalidada la teoría del freón 40 como compuesto indicador de la existencia de vida.
La historia de la aplicación del método científico como herramienta indispensable para el avance del conocimiento está plagada de sorpresas, siempre bienvenidas, bien por la apertura que han supuesto a nuevos conocimientos bien por lo que han tenido de revolucionarias en el sentido de que han posibilitado la revisión de teorías que, ante el descubrimiento de nuevas realidades, han quedado relegadas y sustituidas por otras que las justificaban.
Esto es lo que ha sucedido en el caso de alguna de las sustancias químicas consideradas como marcadores de la existencia de vida. El agua es, por supuesto, una de las que destacan en esta lista, pero también ha estado incluida, hasta la fecha, la denominada “freón 40”, compuesto químico perteneciente a los organohalógenos (compuestos formados por halógenos enlazados frecuentemente al elemento carbono) y cuyo nombre es “clorometano” de acuerdo con la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada – grupo de trabajo fundado en 1919 y constituido por las sociedades nacionales de química; miembro, a su vez, del Consejo Internacional para la Ciencia -).
Visión 3D del freón 40.
Observaciones realizadas con ALMA (radiotelescopio en el desierto de Atacama –Chile-) y por el espectrofotómetro ROSINA de la misión Rosetta de la ESA (Agencia Espacial Europea) han revelado la presencia de freón 40 en el gas que hay en el entorno de una estrella joven situada fuera de nuestro Sistema Solar, a unos 400 años luz de distancia, y también en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Esto sugiere que los astrónomos pueden haber seguido un camino equivocado; en lugar de indicar la presencia de vida existente, los organohalógenos, como el freón 40, pueden ser un elemento importante en la química del origen de la vida, cuestión también crucial dado lo poco que aún sabemos de ella.
Detección de freón 40 en el cometa 67P/C-G.
Detección de freón 40 en la región de formación estelar Rho Ophiuchi en la constelación de Ofiuco.
Lo anterior se explica porque en la Tierra los organohalógenos se forman por procesos orgánicos, pero esta es la primera vez que se detectan en el espacio interestelar. El hallazgo de uno de estos compuestos, el freón 40, en lugares que deben ser anteriores al origen de la vida, puede interpretarse como una decepción, ya que investigaciones anteriores habían sugerido que estas moléculas podrían indicar la presencia de vida. Este descubrimiento sugiere, por tanto, que estos compuestos pueden no ser, tal y como se había especulado, buenos marcadores de la vida, pero sí pueden ser importantes componentes del material a partir del cual se forman los planetas.
De acuerdo con las conclusiones de los autores del trabajo derivado de este descubrimiento, publicado en la prestigiosa revista “Nature Astronomy”, ahora parece claro que estas moléculas se forman fácilmente en los viveros estelares, proporcionando importante información sobre la evolución química de los sistemas planetarios, incluyendo el nuestro propio. El descubrimiento por parte de ALMA de organohalógenos en el medio interestelar también nos dice algo acerca de las condiciones iniciales para la química orgánica en los planetas. Esta química es un paso importante hacia los orígenes de la vida. Parece probable que los organohalógenos sean un componente de la denominada “sopa primordial”, en la etapa joven tanto de la Tierra como de los exoplanetas rocosos. El descubrimiento del freón 40 alrededor del cometa 67 P/C-G, posterior a la detección de otros compuestos orgánicos como azúcares simples y precursores de aminoácidos alrededor de estrellas jóvenes, fortalece los vínculos entre la química pre-biológica de protoestrellas distantes y nuestro propio Sistema Solar.
En cualquier caso, este resultado pone de relieve la complejidad inherente al desafío de encontrar moléculas que puedan indicar la presencia de vida más allá de la Tierra.
Andrea Mier Arroyo, alumna de primero de Bachillerato, es quien nos envía la noticia: