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We have liftoff!!

  |   IES Valle del Saja

Tenemos despegue (We have liftoff) escribía emocionado en su cuenta de twitter Buzz Aldrin (Apolo 11 y segundo hombre en la luna)

La emoción de Buzz Aldrin era la emoción de una generación entera de personas que crecieron en plena carrera espacial y que desde el año 1972 habían perdido la esperanza de ver un proyecto que pudiera llevar de nuevo a un ser humano fuera de su planeta.

Ayer, SpaceX ha puesto la primera piedra para construir el camino que puede llevarnos hasta Marte. No exento de efectismo y marketing, el lanzamiento del Falcon Heavy es todo un prodigio tecnológico y una lección de coraje. Si hace una década nos hubieran dicho lo que vimos en la rampa de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy hubiésemos calificado de pretenciosa semejante afirmación. Y es que esa parece ser una de las constantes en los proyectos del señor Elon Musk. En origen, han sido calificados de pura demagogia comercial y a medida que iban creciendo tuvieron las previsiones más fatalistas por parte de sus detractores.

Para los que no sepáis mucho del presidente de SpaceX hay que recordar que su fortuna proviene de la creación de la empresa Paypal cuando apenas contaba 30 años de edad. A pesar de que podría haber incrementado notablemente su patrimonio prefirió vender la empresa y dedicar todo el dinero a diferentes proyectos. Todos ellos tienen como denominador común su interés por hacer del planeta un lugar más habitable y en su defecto por conseguir una migración de la raza humana a otros planetas cuando la tierra no permita la continuidad de nuestra especie. Así,  ha apostado por las energías limpias con Tesla Motors o con SolarCity. Y por supuesto está tratando de obtener cohetes eficaces para poder enviar cargas útiles de gran tamaño al espacio. Podéis consultar más sobre su biografía aquí:

https://es.wikipedia.org/wiki/Elon_Musk

Falcon Heavy es solo un punto intermedio de un largo camino, pero es, a día de hoy, el cohete más potente del mundo. Solamente su empuje es algo menor que el del mítico Saturno V de las misiones Apolo. Musk ha conseguido poner en el espacio este cohete en un tiempo record y con un presupuesto mucho menor que el de agencias como la NASA. Apostó por los cohetes impulsores reutilizables lo que le valió la descalificación y la mofa de muchos sectores aeronáuticos. Ayer, la elegancia de sus dos cohetes regresando a tierra eran su contundente respuesta a los que nunca creyeron en este método. Curiosamente Falcon Heavy ya tiene sus días contados porque pretende ser el antecesor de un futuro proyecto mucho más potente. Podéis saber más sobre SpaceX y sus proyectos aquí:

http://www.spacex.com/webcast

En cuanto a las características del cohete y sus futuras evoluciones tenéis la mejor información en el insuperable blog de Daniel Marín, Eureka:

http://danielmarin.naukas.com/2018/02/06/el-falcon-heavy-surca-los-cielos/

Musk y el Falcon

Musk frente a la torre de lanzamiento con el Falcon Heavy

Trevor Mahlmann for Ars Technica

Como ya habréis visto, la carga útil del Falcon es ni más ni menos que un elegante Tesla Roadster valorado en 300000 $ con un maniquí a los mandos enfundado en un traje espacial diseñado para los futuros viajes a Marte. El coche, cargado de simbolismo, lleva a bordo un disco con las obras de Isaac Asimov y suena en la radio el Space Oddity de David Bowie. Este “atrevimiento” le  ha valido algunas críticas y que la operación sea calificada de estrategia comercial. Extraña estrategia que le cuesta 90 millones en cada cohete y muchos más en la investigación y pruebas previas. Ha estrellado contra el suelo millones de dólares antes de conseguir los aterrizajes correctos de los cohetes y, por supuesto, ha invertido casi toda su fortuna en algo tan incierto como lo eran los coches eléctricos hace más de 10 años. Criticar a Elon Musk y sus gestos altruistas es tan estúpido como no aceptar un regalo pensando en lo que se nos va a pedir a cambio. Obviamente Musk es un empresario, y muy bueno. Pero hacen falta tipos así. Con capacidad de afrontar retos en los que otros son incapaces de seguir. Con ese punto de irreverencia casi adolescente de intentar cambiar el mundo en base a ideas arriesgadas y atrevidas. Dista mucho de ser un empresario especulador y conservador que no hace más que ganar dinero en los mercados.

tesla

La icónica imagen del Roadster con la tierra al fondo

Sea como fuese, ayer se vivió un  momento muy similar a los generados a finales de los 60 con el proyecto Apolo. Resulta curioso ver como los proyectos espaciales generan un sentimiento de hermandad en los humanos como si tomasen conciencia de que su destino no entenderá de razas o fronteras. Ayer, todos hemos sentido una ráfaga de aire fresco y, por un momento, hemos sido algo más optimistas.